¡Tu carrito está actualmente vacío!


“Dios Juega a las Escondidas”
Sé muy bien que el titulo parece una locura, pero, es cierto “Dios juega con nosotros a las escondidas”. Se ha ocultado también que es como encontrar una aguja en un pajar, solo que el pajar es el universo y la aguja es un ser divino escurridizo. ¡Qué divertido! (Acertaron esto último, es sarcasmo)
Imaginen a Dios jugando al escondite cósmico, como un niño travieso que se esconde detrás de las cortinas del mundo material. También imaginen que nosotros seres mortales y muy limitados, osamos en explicar donde se esconde.
No caigamos en la trampa de buscar respuestas definitivas, el conocimiento es infinito y siempre habrá más preguntas que respuestas. En lugar de buscar la certeza absoluta, les sugiero que abracemos la maravilla de la búsqueda misma, los invito a embarcarse en este fascinante juego de escondidas cósmicas.
Recuerden, en este juego divino, el humor es nuestro aliado. Riámonos de nuestras limitaciones, de nuestras expectativas y de nuestras pretensiones de control.
Aprendamos a reírnos de nosotros mismos y a apreciar la ironía y la paradoja que nos rodea. Abrazaremos la incertidumbre, la contradicción y la búsqueda incesante, ya que al final, nos daremos cuenta de que el mayor tesoro se encuentra en el proceso mismo, en la capacidad de despertar nuestra conexión con lo divino en cada momento de nuestras vidas.
Recuerden: Nos encontramos ante un juego donde el objetivo es buscar sin cesar a un jugador maestro que no tiene intención alguna de ser encontrado, pues sí fuera fácil de encontrar nos aburriríamos rápido. Recuerdo que en mi etapa de infancia en este juego lo más emocionante era ocultarse tan bien, lo mejor posible, con la finalidad de liberar a todos al final del juego.
Esta búsqueda nos invita a descubrir nuestra fuerza interior, a desafiar nuestros límites y a enfrentar nuestros miedos.
Los invito a abrazar esta paradoja divina. Aceptemos que este juego de las escondidas es un regalo en sí mismo, que es una oportunidad de crecimiento y autodescubrimiento. Recordemos que el destino final no es encontrar a Dios, sino encontrar nuestra propia esencia divina en el proceso.
Sigamos buscando, desafiando las limitaciones y expandiendo nuestros horizontes. Y, quién sabe, tal vez en medio de esta divertida persecución, nos encontremos con la verdadera joya: “Nuestra propia conexión con lo divino”
Según los cabalistas Dios se retiró, o contrajo su presencia para permitir la existencia del mundo material.
Sin embargo, a pesar del ocultamiento de Dios en el mundo físico, los cabalistas creen que la esencia divina aún está presente en todas las cosas y que se puede descubrir a través del estudio y la práctica de la Cábala.
¡Que comience el juego de las escondidas divinas! Que la risa y la persistencia sean nuestras armas en esta fascinante búsqueda, Dios se oculto y debemos encontrarlo en cada uno de nosotros.