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La Fuerza de la Aceptación
El Primer Paso hacia la Libertad Interior
Vivimos en un mundo donde todo parece estar bajo nuestro control… hasta que no lo está. En el coaching, como en la vida, enfrentamos constantemente el dilema de querer cambiar las circunstancias a nuestro favor, pero hay momentos en los que el cambio no es una opción. Aquí es donde entra la aceptación, una de las herramientas más poderosas y transformadoras, aunque también una de las más incomprendidas.
La aceptación no es resignación, ni conformismo. Es el reconocimiento valiente de la realidad, sin adornos, sin negaciones. Nos permite mirar las cosas tal y como son, sin el peso del “debería” o el “ojalá”. Pero…
¿Qué es lo que nos impide aceptar lo que es? ¿Por qué nos resistimos?
¿Qué estás intentando controlar que no está bajo tu control?
Muchos de nosotros pasamos gran parte de nuestra vida luchando contra realidades que simplemente no podemos cambiar: el pasado, las decisiones de otros, las circunstancias que nos rodean. El secreto está en hacer una pausa y preguntarnos: “¿Qué parte de mi energía estoy gastando en resistirme a algo que no puedo cambiar?”
Aceptar lo que es no significa renunciar a la mejora o al cambio. De hecho, en la sabiduría de la Kabbalah, la aceptación es vista como el primer paso hacia la transformación. La Kabbalah nos enseña que la resistencia al flujo de la vida nos mantiene alejados de la Luz, de nuestro potencial más elevado. Al aceptar, nos alineamos con la energía de lo que ya está ocurriendo y, a partir de ahí, podemos ver con mayor claridad qué podemos cambiar y qué debemos soltar.
¿Qué pasaría si hoy decidieras aceptar lo que más te duele?
Esta es una de las preguntas más poderosas en el proceso de coaching. La aceptación, aunque difícil, nos libera del sufrimiento autoinfligido. A menudo, el dolor viene no de la situación en sí, sino de nuestra resistencia a ella. Cuando decidimos aceptar, liberamos espacio interno para encontrar soluciones, paz y claridad.
La aceptación abre puertas
Aceptar no significa que no luches por lo que quieres. Más bien, significa que reconoces la realidad y trabajas desde ahí, en lugar de desgastarte luchando contra lo inevitable. Como decía Viktor Frankl, el renombrado psiquiatra y sobreviviente del Holocausto: “Cuando no somos capaces de cambiar una situación, nos enfrentamos al desafío de cambiarnos a nosotros mismos.”
Reflexiona
¿Qué parte de tu vida necesita más aceptación hoy?
Haz una pausa. Respira profundamente. Pregúntate:
¿Qué parte de mi vida estoy resistiendo?
¿Cómo sería si, en lugar de resistir, decidiera aceptar?”
La aceptación es una puerta hacia la libertad interior. Nos permite vivir con paz, sin la carga del control excesivo, y nos prepara para enfrentar los desafíos con una mente más clara y un corazón más ligero. En la aceptación, encontramos el poder que está más allá del control: la paz que nos permite actuar desde la serenidad y no desde el caos.