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La Vista como Ventana del Alma

Descubriendo la conexión entre lo que vemos y nuestro mundo interno
Dentro de unos días estaremos entrando al mes de cáncer y según los cabalistas en este mes se creó “El poder de la vista”.
“La vista, una ventana hacia el crecimiento personal y la transformación interna”
Es nuestra conexión con todo.
Existe un misterio que debemos develar para poder entender a profundidad la anterior oración, sí nuestro ojo conecta con ver lo malo, pues inmediatamente estamos atrayendo esa negatividad que hemos observado a nuestra vida, pero sí hemos mirado con buenos ojos, entonces, estamos atrayendo a nuestra vida todo lo bueno que hemos observado. Entre más conectemos mas nos llenamos de energía negativa o positiva, es por ello, que los ojos son una ventana de conexión profunda y que debemos atender con prontitud.
Cuando digo: ”El día se ve mal” conecté con la negatividad, ahora esa negatividad esta siendo parte de mi cuerpo.
Cuando digo: “Es un excelente día” estoy conectando con una energía positiva.
El poder de la vista es algo que a menudo subestimamos en nuestra búsqueda de crecimiento personal. Nos encontramos inmersos en un mundo repleto de juicios sin consciencia, pero ¿alguna vez nos hemos detenido a reflexionar sobre el impacto que tiene nuestra visión en nuestro desarrollo interno?
La vista es un sentido extraordinario que nos permite percibir y comprender el mundo que nos rodea. A través de nuestros ojos, captamos la belleza de los paisajes, las expresiones de las personas y los detalles más sutiles de la vida. Pero el verdadero poder de la vista no radica únicamente en lo que vemos externamente, sino en cómo interpretamos y comprendemos lo que observamos.
“Somos lo que vemos” Karen Berg
Esta corta frase de Karen Berg nos indica lo que somos por dentro, pues solo podemos juzgar con lo que somos en lo interno y esto es ya en sí muy impactante.
Cuando aprendemos a mirar más allá de lo evidente, cuando nos permitimos contemplar con profundidad y perspicacia, se abre ante nosotros un vasto mundo de posibilidades. Nuestra visión se convierte en una herramienta para explorar nuestro propio ser, descubrir nuestras fortalezas y debilidades, y emprender un camino de autodescubrimiento y transformación.
La vista nos permite ver nuestras emociones reflejadas en los rostros de los demás, la vista se convierte en un espejo que nos muestra nuestro verdadero ser. Al observar nuestros pensamientos, emociones y acciones con una mirada amorosa y sin juicio, podemos identificar las áreas en las que necesitamos trabajar y evolucionar.
La vista nos brinda la oportunidad de autocorrección, de redefinir nuestras metas y propósitos, y de dar forma a una vida con propósito.
Sin embargo, la vista también puede convertirse en un obstáculo si nos aferramos a una visión limitada y sesgada del mundo. Cuando nos dejamos llevar por prejuicios, juicios y estereotipos, perdemos la capacidad de ver la diversidad y la riqueza de la experiencia humana. Nos cerramos a nuevas perspectivas y oportunidades de crecimiento.
Al mismo tiempo, recordemos que la vista es solo uno de nuestros sentidos y que el verdadero crecimiento personal va más allá de lo que podemos percibir externamente. Conectemos con nuestra intuición, nuestra sabiduría interior y nuestros valores más profundos. Abramos nuestros ojos internos y permitamos que nuestra visión se amplíe, trascendiendo los límites de lo físico y explorando las dimensiones espirituales de nuestro ser.
La mirada del corazón nos invita a ver más allá de las apariencias superficiales y adentrarnos en la esencia de las personas y las situaciones. Nos permite comprender que cada ser humano lleva consigo su propio viaje, con alegrías, dolores y desafíos únicos. Al mirar con compasión, nos conectamos con la humanidad compartida y reconocemos nuestra capacidad de ser comprensivos y solidarios.
Al ver con amor, nos permitimos ser vulnerables y auténticos, y creamos un entorno en el que los demás también se sienten valorados y aceptados. Esto no solo nos beneficia a nosotros mismos, sino que también tiene un impacto en los demás.
La vista, es más que un simple sentido, es una ventana hacia el alma y una herramienta para experimentar el mundo que nos rodea.